sábado, julio 10, 2004

La suavidad de las costumbres

José Enrique Varona, un filósofo cubano que vivió entre 1849 y 1933 decía:

"El hombre no se moraliza con mandatos; suavícese el medio natural y social en que se desenvuelve y se suavizarán sus costumbres, y su inteligencia será el reflejo de esos sentimientos más humanos y por consiguiente más morales".

Esto es tan cierto, creo yo, que hay que evitar siempre que se pueda el ejemplo brutal y aoscial: la guerra, la disputa enconada y sangrante, la descalificación del adversario como persona o como ser humano, no sólo por lo que de malo tienen en sí tales cosas, sino por el peligro de que sean imitadas.
La primera Guerra Mundial, aquella guerra que iba a acabar con todas las guerras, rompió todos los tabúes que la sociedad europea había ido adquiriendo con gran esfuerzo y volvió a poner la violencia en primer plano político. Seguramente fue la influencia determinante que hizo que el movimiento obrero se inclinase de una manera terrible hacia la violencia y la revolución violenta. Y también fue el ejemplo que permitió el surgimiento del fascismo y del nazismo. En vez de apartarse horrorizados del infierno de esa guerra, los seres humanos parecieron quedar fascinados. La violencia llama a la violencia. Ahora tenemos un ejemplo reciente: el terrorismo islámico despierta la violencia imperial de Estados Unidos, que a su vez alienta de nuevo el terrorismo. La represión bárbara israelí provoca el sangriento terrorismo palestino que a su vez alimenta los métodos brutales y asesinos del Estado de Israel.

Pero volviendo a Varona, creo que precisamente hay muchos aspectos brutales en la cultura que se van corrigiendo a medida que se suavizan las costumbres. A la gente del campo les solía importa bien poco el sufrimiento de los animales, que eran sólo instrumentos para ellos. Frente a la idealización de la sensibilidad del hombre primitivo y del hombre de campo, la realidad suele ser otra.
Del mismo modo, poco a poco se van abandonando costumbres bárbaras y espero que la próxima sean los toros. Cualquiera que rechace esta fiesta cruel sabe que es muy difícil convencer a sus partidarios: esgrimen mil y una razones (tradición, supervivencia del toro de lidia, arte). Razones como estas se pueden utilizar para justificar el esclavismo, las luchas de gladiadores o los castrati.
Los castrati eran muchachos a los que se castraba para que en la adolescencia no cambiaran la voz y unieran a la clara voz infantil el dominio de la técnica de un adulto y su control. Ahora nos parece que esta práctica es una barbarie que no se puede permitir. Existe una grabación del último castrato, que encontraron unos periodistas de la BBC en el Vaticano cuando iban a entrevistar a Pio X, creo. Era un hombre ya mayor, pero conservaba algo de esa extraña voz que fue considerada la más excelsa, por encima de la de contratenor y la de tenor. Sin embargo, los castrati eran generalmente chicos pobres del sur de italia, que estaban condenados a una vida misrerable y de la que escapaban gracias a ser castrados. Se consideraban a sí mismos unos privilegiados, como puede verse en las Memorias de Casanova (que se enamoró de uno de ellos) y en la película Farinelli.
Muchas de estas razones podrían justificar la castración de niños, pero con horror nos alejamos siquiera de su planteamiemnto. Y sin embargo aceptamos un montón de razones a favor de los Toros que olvidan el horror incontestable de que allí, en la plaza, hay un animal al que están torturando y nosotros, en vez de reaccionar o vomitar, consideramos que es un espectáculo y hasta somos capaces de disfrutar de ello.
Pero la fiesta de los toros, que antes se practicaba en muchos países de Europa, como Inglaterra, fue prohibida a medida que las costumbres se fueron suavizando. Tal vez el aislamiento de España impidió que aquí también fuesen prohibidas, pues en la República las ideas antitaurinas avanzaban rápidamente. Lamentablemente, también en los Toros, todavía somos hijos de Franco y de su brutalidad.

Quien lo dude, o quien no quiera seguir en la ignorancia, debería mirar este documento:

Los toros


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