sábado, julio 10, 2004

Cosas que he aprendido de... Jesucristo

En la sección Cosas que he aprendido de... intento recordar cosas que he aprendido de diversas personas, autores o escuelas filosóficas. No es que necesariamente haya aprendido esas cosas de esas personas, pero al menos sí me parece que en esos autores se expresan bien esas ideas y que tal vez ello haya hecho que se reforzaran en mí ciertas opiniones. Pero sin duda en ocasiones la influencia ha sido directa y determinante.
Son textos de carácter fundamentalmente positivo: es decir, me refiero sólo a las cosas buenas que he aprendido de ellos. Es cierto que a menudo de ellos también he aprendido lo que NO debo hacer o pensar. Quizá haga una sección más adelante dedicada al conocimiento negativo o por oposición En la revista ESKLEPSIS tenía una sección quizá más ecuánime que se llamaba TAN CERCA Y TAN LEJOS, en la que decía lo que me acercaba y alejaba de algo. Precisamente en el
número 1 era Tan cerca y tan lejos... del cristianismo. Así que este texto probablemene repetirá muchas de esas ideas (las positivas)

COSAS QUE HE APRENDIDO DE... JESUCRISTO Y LOS CRISTIANOS

He aprendido de Jesucristo que hay que intentar acercarse a los demás y dejar que los demás se acerquen: "Quien no está contra mí está conmigo", en vez de apartarlos y crearse enemigos como dicen quienes invierten la frase: "Quien no está conmigo está contra mí"
He aprendido a no confundir la cortesía con la sumisión y a tratar a todo el mudno de tú, pues así es como él trataba a sus discípulos y como ellos le trataban a él. Pero la prudencia y de nuevo la cortesía me hacen ser flexible y tratar de "usted" a algunas personas, pues sé que hay quien se considera ofendido ante el "tú".
He aprendido de Jesucrtisto y de Francisco de Asís a amar a las cosas y a las personas, no a las ideas, pues Francisco amaba a Dios, no a la idea de "Dios", y a los pobres, no a "la causa de los pobres", como dice otro cristiano que amó, Chesterton. Jesús también decía:" El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado".
He aprendido a ser humilde y modesto como Jesús cuando lavaba los pies de sus discípulos o Francisco de Asís cuando ayudaba a los leprosos, pero sin hacer de esa modestia presunción. A no sentir asco cuando hay algo más importante que el asco, como cuando Francisco tocaba a los leprosos.
A considerar iguales a toods los seres humanos, sean judíos, gentiles, musulmanes, politeístas o ateos. A creer que existe la responsabilidad y el libre albedrío y que, aunque existen razones, causas y justificaciones para cualquiera de nuestros actos, también existe la voluntad, nuestra voluntad, y la posibilidad, casi en cualquier situación, de elegir. A no despreciar a los demás, ni a los pobres ni a los ricos, ni a los cultos ni a los incultos. A rechazar a los profetas y a quienes usan la religión en su propio beneficio.
A rechazar el nacionalismo, el imperialismo, cualquier idea de raza, grupo o Iglesia: "Mi reino no es de este mundo".
He aprendido que del mismo modo que no existe la posibilidad de tener un dilema moral si no existe el libre albedrío, también es absurda cualquier búsqueda intelectual o científica acerca del mundo si no existe un mundo real fuera de nosostros. Frente a las doctrinas idealistas, adopto, con cristianos como Gilson, algún tipo de realismo. Amo por ello el mundo como lo aman tantos cristianos, con fe absoluta en su materialidad asombrosa, sea lo que sea esa cosa llamada materia.

He aprendido de Jesús a no juzgar a los demás por etiquetas, para bien o para mal y he adoptado su doctrina pragmática: "Por sus obras los conoceréis".
He aprendido de él a ser pacífico y suave, como lo fue casi siempre, excepto en el breve episodio de la zarza ardiente.
Y aunque creo que Jesús era un hombre mortal y no el hijo de Dios, de su leyenda he aprendido a sentir empatía hacia los demás, como quiso sentirla él haciéndose hombre.


Click Here